Vivimos y
soñamos en un país donde expresarse es una locura.
Donde ser
libre significa vivir bajo una dictadura.
Vivimos
creyendo que somos libres para soñar, y, en cuanto intentamos cumplir un sueño,
nos cierran las puertas.
Soñamos que
vivimos en un mundo donde todo es posible, y al despertarnos, nos damos cuenta
de que esa no es la realidad.
Creer y
tener fe en algo, es para otros, absurdo. Y cuando ellos tienen un sueño, hay
que respetarlo porque es lo que ellos quieren.
No vivimos
libres, no somos libres ni de actos ni de pensamientos, nos tienen acorralados
en una parcela para que cumplamos nuestras obligaciones: estudiar, trabajar,
ganar dinero…
Pero no se
dan cuenta de que también queremos hacer otras cosas, ¡queremos ser libres para
soñar! ¡Vestirnos a nuestra manera sin que nadie nos juzgue! ¡Sonreír sin que
nadie crea que nos da igual todo!
Sólo
queremos ser felices, que se nos aprecie, y se nos deje cumplir nuestros
sueños. Sólo pedimos un poco de compresión, un poco de respeto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Contigo alcanzo el cielo con un dedo.